El Reglamento (UE) 2018/848 del Parlamento Europeo y del Consejo de 30 de mayo de 2018 sobre producción ecológica y etiquetado de los productos ecológicos y por el que se deroga el Reglamento (CE) 834/2007 del Consejo, define la producción ecológica así:
“La producción ecológica es un sistema general de gestión agrícola y producción de alimentos que combina las mejores prácticas en materia de medio ambiente y clima, un elevado nivel de biodiversidad, la conservación de los recursos naturales y la aplicación de normas exigentes sobre bienestar animal y sobre producción que responden a la demanda, expresada por un creciente número de consumidores, de productos obtenidos a partir de sustancias y procesos naturales.
Así pues, la producción ecológica desempeña un papel social doble aprovisionando, por un lado, un mercado específico que responde a una demanda de productos ecológicos por parte de los consumidores y, por otro, proporcionando al público bienes que contribuyen a la protección del medio ambiente, al bienestar animal y al desarrollo rural”.
En Asturias existen unas condiciones naturales excepcionales para la producción ecológica. Los pastos húmedos y de montaña intercalados con la superficie forestal ocupan la mayor parte de la superficie de la región. Tenemos clima, agua, suelo y biodiversidad.
Las variedades locales de cultivos y las razas autóctonas también juegan un papel fundamental para el desarrollo de la producción ecológica, por su adaptación al medio y la resistencia a enfermedades.
La mayor parte de la superficie agrícola cultivada en Asturias es el manzano de variedades locales, con las que se elabora zumo y sidra.
Otros cultivos importantes son el arándano y otros pequeños frutos, el kiwi y otras variedades de fruta. El clima también es ideal para algunos frutos secos como la castaña, la nuez o la avellana.
En hortícultura predominan las pequeñas producciones con gran diversidad de cultivos. Algunos de los cultivos tradicionales con variedades locales son la faba y la escanda.
Asturias es una región eminentemente ganadera, donde se conserva un manejo tradicional vinculado al aprovechamiento del pasto y el forraje de la propia casería. Esto permite que el paso a la producción ecológica sea menos complicado que cuando se trata de producciones más intensivas.
El mayor número de ganaderías son de vacuno de carne, de las razas autóctonas Asturiana de Los Valles o Carreñana y Asturiana de la Montaña o Casina. La mayoría de las ganaderías ecológicas están acogidas al Consejo Regulador de la IGP Ternera Asturiana.
El vacuno de leche es otra de las actividades más importantes y con gran potencial en producción ecológica en Asturias. La raza principal es la frisona, aunque también hay otras razas más rústicas y adaptadas al pastoreo.
En ovino y caprino el número de ganaderías es inferior. En producción ecológica están algunos de los rebaños más importantes de las razas autóctonas asturianas en peligro de extinción, la Oveya Xalda y la Cabra Bermeya.
Al igual que pasa en términos generales en Asturias, en producción ecológica es menor el número de ganaderías como el equino, y hay pocas de aves de corral y de porcino.
Asturias es un paraíso para las abejas gracias, a la diversidad de alimento que encuentran en la vegetación silvestre, los bosques, los pastos, y los cultivos tradicionales, como el manzano.
Se producen distintos tipos de mieles en Asturias, además de las milflores hay mieles monoflorales de eucalipto, castaño, brezo, roble…
La normativa de producción ecológica incluye tanto la acuicultura como el cultivo y recolección de algas marinas.
La excelente calidad de las aguas de los ríos asturianos y del Mar Cantábrico permiten la producción ecológica de trucha, el cultivo de ostra, y el cultivo y recolección de diferentes especies de algas.
Cada vez existe mayor variedad de alimentos ecológicos que se elaboran en Asturias. En el registro de elaboradores del COPAE hay desde pequeñas empresas artesanas a grandes industrias agroalimentarias. Algunas actividades están muy vinculadas a la producción primaria, y al mercado local, mediante canales cortos de comercialización, mientras que otras industrias trabajan con mayores cantidades y abren más mercado en el exterior.
En las actividades industriales relacionadas con la producción de origen vegetal hay un número elevado de productos, desde conservas vegetales, zumos, sidra o productos de panadería hasta los piensos para el ganado.
En los productos de origen animal destacan las industrias cárnicas y lácteas, por delante de otros productos como la miel, huevos, o las conservas de pescado.